lunes, 4 de septiembre de 2017

GEOLOGÍA DEL TIEMPO Y LA DERIVA

“Las ruinas ofrecen a la vista el espectáculo
del tiempo y añaden al inmemorial
tiempo geológico los tiempos múltiples
de la experiencia humana.” 

El tiempo en ruinas, Marc Augé


En la sociedad del espectáculo de Guy Debord, ¿cuál es el uso que hacemos de las ruinas? La mercantilización de la cultura, la parquetematización de los lugares y la sustitución del original por sus réplicas produce imágenes estereotipadas y artificiales de los yacimientos arqueológicos. La consecuencia directa es la proliferación de un espectador que se aproxima a la ruina de manera superficial y fugaz.

Cristina Ferrández plantea para las Termas Romanas de Campo Valdés tres instalaciones en íntima conexión con un museo de sitio que conserva un alto porcentaje de restos materiales originales y cuyo planteamiento museográfico le permite alejarse de la mera trivialidad de la postal turística. Dejó escrito Augé en su obra El tiempo en ruinas que “la conversión del mundo en espectáculo es, respecto a sí misma, su propio fin; en este sentido, quiere ser expresión del fin de la historia, de la muerte de la historia. Las ruinas, por su parte, aún dan señales de vida”. De este modo, la interacción de los site-specific de la artista con el yacimiento busca reafirmar la historia humana y las eras geológicas, su formación y devenir, así como poner en relevancia la vida de unas ruinas que recogen el código genético de la ciudad.

Marc Augé

El proyecto “Geología del tiempo y la deriva” de Ferrández se asienta en su interés por la antropización del territorio, por las transformaciones infligidas por las sociedades sobre el medio desde el origen de los tiempos. Como creadora multidisciplinar sus trabajos abarcan escultura, fotografía, videoarte e instalación siempre enfocados al estudio del paisaje y la relación del individuo con el hábitat explorando, a partir de ello, cuestiones de género, ecología, antropología, sociología y geografía humana. En esta ocasión, plantea dos proyecciones en las estancias de las termas públicas de época romana y una tercera en interacción con la muralla de fundación bajoimperial y con los proyectiles medievales. La artista realiza un análisis estratigráfico y estético huyendo de una aproximación banal a la ruina y a su transformación en espectáculo para adentrarse en la experiencia del tiempo humano y geológico.  

“Lo que nos cautiva en el espectáculo de las ruinas, incluso en aquellos casos en que la erudición pretende lograr que nos relaten la historia, o en aquellos en que el artificio de una escenificación de luz y sonido las transforma en espectáculo, es su aptitud para hacernos percibir el tiempo sin resumir la historia ni liquidarla con la ilusión del conocimiento o de la belleza”. Son, de nuevo, palabras de Augé. La “acción artística” de Cristina Ferrández busca hacer hincapié en los distintos materiales y variadas texturas que componen el yacimiento (opus, calizas, areniscas…) reflejando su curriculum vitae geológico y despertando la conciencia de un tiempo expandido más allá de la historia humana en un espectador del que se espera que salga de su letargo para aprehender la ruina bajo una mirada contemporánea.




domingo, 3 de septiembre de 2017

CIUDAD EFÍMERA


“No se recuerda qué necesidad u orden o deseo
impulsó a los fundadores de Zenobia a dar esta forma a su ciudad,
y por eso no se sabe si quedaron satisfechos con la ciudad
tal como hoy la vemos, crecida quizá por superposiciones
sucesivas del primero y ya indescifrable diseño”.

Las ciudades invisibles / Italo Calvino



En el año 1972, Italo Calvino publicó el libro “Las ciudades invisibles”, un conjunto de relatos de ciudades imaginarias que el viajero Marco Polo cuenta a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Se trata de una serie de lúcidas descripciones de urbes imposibles que sumergen al lector en reflexiones aplicables a la ciudad contemporánea.

La instalación site-specific de Colectivo DV (Diana Coanda y Víctor Velasco) para el patio del Museo Casa Natal de Jovellanos podría ser una de esas ciudades descritas por el escritor italiano. “Ciudad efímera” es una urbe de ficción asentada sobre una cimentación de escombro industrial. Se trata de una metrópoli de mimbre construida a partir de formas geometrizadas, irregulares y de trazo filiforme. Las estructuras están cubiertas de gasa y escayola. El yeso es un material empleado en revoques y enlucidos, no para funciones estructurales primordiales, no es un componente duradero porque la ciudad efímera no necesita un armazón estable. Es nómada y, como tal, en cada exposición se transforma y se adapta al espacio disponible como metáfora de una realidad: para la ciudad-espectáculo todo es urbanizable. Juanma Agulles en su ensayo La destrucción de la ciudad sostiene que “las formas de habitar el espacio ya no pueden basarse en la identidad ni en lo fijo, sino que se deben a lo adaptable y lo móvil”. La ciudad, al menos en el sentido histórico que tiene la palabra, está próxima a su extinción fagocitada por su propio desarrollo sin límites, absorbida por dinámicas de construcción-destrucción / inversión-especulación. 


Ciudad efímera en el Museo Jovellanos
Colectivo DV presenta “Ciudad efímera” como una isla urbanizada que permite al espectador rodearla y visualizarla desde diversas perspectivas. También visitarla de manera diurna o nocturna bajo una luz ultravioleta. Cada visión es acompañada de su correspondiente audio generador de ambiente. Como en el resto de sus trabajos, juegan con la dualidad conceptual y el contraste a partir del empleo de materiales antitéticos: día/noche, yeso/escombro, ligereza/pesadez, blanco/negro.

Paul Virilio en su texto “La ciudad sobreexpuesta” definió a la metrópolis actual como el fósil de una sociedad pasada, como un “paisaje fantasmal” caracterizado ahora por su forma dispersa, sus límites imprecisos y su elevada movilidad. Por tanto, esta urbe pasajera de Colectivo DV conduce a deliberar sobre la actual ciudad postindustrial surgida a partir de la década de los años setenta del siglo XX y, para ello, la asientan sobre una base de escoria metalúrgica de la que emergen edificios que, casi a modo a modo de vestigios, completan una especie de panorama lunar estéril en el cual la vida sólo es transmitida a partir del elemento sonoro. 


Ciudad efímera en el Museo Jovellanos
¿Qué paisaje nos dejará el crecimiento urbano ininterrumpido? El ángel de la Historia de Walter Benjamin podría sobrevolar la “Ciudad efímera” y ver en esos escombros industriales de los cimientos la catástrofe del progreso. Pero, ¿sucumbe la ciudad ante un terreno yermo o bien emerge de un suelo de deshechos? Si las ciudades son un reflejo de las sociedades que las habitan en la respuesta a esta última pregunta estará el germen de la ciudad del futuro. 



Proyecto comisariado para La Noche Blanca 2017 | Gijón

Youtube: Montando Ciudad efímera

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