miércoles, 5 de abril de 2017

LA FUGA DE PERSÉFONE

En la década de los ochenta, Joseph Beuys llevó a cabo diversas intervenciones en el medio relacionadas con la recuperación de espacios agrícolas y forestales. El artista sentenció al afirmar que “tras la degradación de la naturaleza vendría la del alma humana.” Este aserto es punto de partida de Cristina Ferrández para quien la naturaleza, en su movimiento de eterno retorno, deviene en refugio de restablecimiento continuo, liberación y catarsis. La fusión con los elementos conduciría al sujeto contemporáneo a la renovatio vital, mientras que su deterioro traería consecuencias nefastas e irreversibles para la condición humana.

Ártemis

En clave poética y metafórica la artista reflexiona, a través de la fotografía y el vídeo-performance, acerca del modelo occidental de desarrollo y propone repensar la relación entre humanidad y naturaleza. El objetivo es la deconstrucción del yo masculino dominador y el surgimiento de una cultura de la igualdad y la sostenibilidad frente a un modelo tecno-económico irresponsable. En suma, renaturalizar al ser humano.

Conversaciones secretas

“La fuga de Perséfone”
toma a esta figura mitológica como punto de partida para deliberar sobre el actual estado de la mujer y de la naturaleza. Perséfone representa los poderes de la Tierra, su transformación, la emergencia cíclica y se convierte también en sinónimo de reivindicación de los derechos de la mujer eliminando fórmulas opresivas y superando visiones antropocéntricas y androcéntricas en aras de generar una conciencia renovada hacia nuestra relación con el planeta.
La Perséfone de Cristina Ferrández se halla a la fuga en medio de un entorno natural que ha sido antropizado y, en ocasiones, deteriorado. El título del proyecto ya no hace referencia al rapto, un concepto que atenta a la libertad, la dignidad y la integridad sexual de esa figura. Ahora, Perséfone reacciona y se escapa en un intento de recuperar los valores violentados.

Pluralidades del ser

Alicia Puleo afirmó que “existe una línea directa entre la marginación de la mujer y la degradación del ambiente." En este sentido, la artista también vincula la manipulación, control y explotación de la mujer y la de la naturaleza con el androcentrismo imperante.
El pensamiento patriarcal estructura el mundo en dualismos o pares de opuestos de valor desigual: Cultura/naturaleza, mente/cuerpo, razón/emoción, conocimiento científico/saber tradicional, hombre/mujer. Estas dicotomías justifican ideológicamente el dominio y la explotación de lo masculino, asociado a la razón y la mente, sobre lo femenino, vinculado al cuerpo, a la naturaleza y al mundo inestable de las emociones. De ese modo, la reflexión ecofeminista de Ferrández hace hincapié no en un ecofeminismo espiritualista o esencialista, que considera a las mujeres biológicamente más cerca de la naturaleza, sino en un ecofeminismo constructivista, que concibe esa relación como una construcción histórico-social.

Deméter

La sociedad capitalista no produce lo que necesitan las personas, sino lo que genera beneficios.
Es la política del "usar y tirar", de los objetos superfluos y efímeros, del consumo rápido. De esta forma se extraen, usurpan y manipulan recursos tanto naturales como humanos. La desmesura de la economía está provocando una serie de impactos graves e, incluso, irreversibles: cambio climático, destrucción medioambiental, reducción de la biodiversidad, deforestación, agotamiento de recursos… Desde el ecofeminismo se plantean nuevas formas de producción y consumo, al tiempo que se reacciona ante los agrotóxicos, las prácticas llevadas a cabo por la industria peletera o cosmética, y se denuncian las tecnologías de reproducción agresivas con el cuerpo femenino. Además cuando la mujer, siempre musa y nunca genio, trata de desempeñar el papel del homo economicus y alcanzar puestos de decisión así como reconocimiento profesional, se encuentra con el perenne techo de cristal y con dificultades para conciliar vida laboral y familiar.

Buscándose a sí misma

La serie de fotografías y los tres vídeos-performance de la exposición recogen a mujeres que, bajo distintos estados y actitudes vitales, se muestran en relación íntima con una naturaleza en la que parecen buscar la respuesta a sus preguntas existenciales.
Las fotografías, de composiciones extremadamente meditadas, presentan escenografías en las que las figuras femeninas deambulan enfrentándose a la desnaturalización tanto de su ser como del entorno.  Por otro lado Ethernal mirror, el vídeo performance guiado por la artista a manera de demiurgo, muestra la catarsis colectiva de un grupo de féminas empleando el territorio como escenario simbólico. El fin último es reflexionar sobre el arquetipo eterno de la mujer como Madre Tierra a partir de los mitos helénicos de la diosa Deméter y su hija Perséfone y que ello conlleve analizar de manera crítica los roles establecidos bajo los condicionantes geoeconómicos y  políticos vigentes.

Ethernal Mirror

Perséfone se fuga consciente de que el sistema imperante somete todo al ritmo del mercado. En el capitalismo la obligación de maximizar los beneficios estructura los tiempos vitales. Si no rindes no sirves. La mujer y la naturaleza son las grandes perjudicadas por este modelo y Cristina Ferrández aborda la problemática aunando la teoría ecofeminista con una estética cargada de alegorías.



LA FUGA DE PERSÉFONE
Artista: Cristina Ferrández
Comisaria: Natalia Alonso Arduengo
Del 23 de marzo al 20 de abril de 2017
Sala 1 del Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón
Proyecto subvencionado por la Fundación Municipal de Cultura de Gijón

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