Salvador Dalí (1904-1989) nació en
Figueres (Cataluña), una localidad situada junto al Mar Mediterráneo y próxima a la
frontera francesa.
En
1922 entró en la Academia Real de Bellas
Artes de Madrid, de la que fue expulsado en dos ocasiones por su rebeldía.
Su estancia en la Residencia de
Estudiantes de la capital española le permitió conocer a Federico García
Lorca y a Luis Buñuel, con quien realizó
la película Un perro andaluz, hito
que marcó su inicio en el Surrealismo en el año 1929.
Por mediación de Joan Miró entró en
contacto con André Breton en 1928. Al año siguiente conoció
a Gala, esposa del poeta Paul Éluard, e inició una relación con ella. Gala se
convirtió en su musa y se volvió omnipresente en su vida y en su obra.
Ángelus, 1932 |
Sus escritos resultan fundamentales para
comprender aspectos clave de su producción pictórica. La principal fuente para
el análisis de la distintas versiones que realizó de El Ángelus es un texto escrito
entre los años 1932 y 1935, al que tituló El mito trágico de “El Ángelus” de Millet.
Esta obra del pintor francés, que conocía por una reproducción que sus padres
tenían en casa, obsesionó a Dalí y fue motivo de incesante reflexión:
“El
Ángelus de Millet se convierte de súbito para mí en la obra pictórica más
turbadora, la más enigmática, la más densa, la más rica en pensamientos
inconscientes que jamás ha existido.”
Jean-François
Millet (1814-1875) fue pintor del movimiento conocido como Realismo. Caracterizado
por el compromiso con lo social, el Realismo abordó temas hasta el momento
ignorados, elevando a la categoría de protagonistas de sus obras a tipos
humanos que, de otro modo, nunca habrían tenido el honor de ser representados:
campesinos, picapedreros, ferroviarios, lavanderas, mineros… Millet fue autor de óleos como El aventador (1848), El hombre de la azada (1850-1862), Las gavilladoras (1857) y La aguadora (1856-1862). Son obras que reflejan
la sencillez y la dureza de los trabajos del campesinado. En ellas retrata a
figuras
solas o en grupos reducidos entre los que no hay comunicación. Son tipos
monumentalizados pero despersonalizados, de facciones genéricas. Empleó cromatismos
terrosos. En El Ángelus (1857-1859) las figuras inmóviles, contrastan con el
gran espacio vacío en el que se localizan. La pareja campesina realiza un alto
en su labor para rezar al atardecer, probablemente después de escuchar
el toque de campanas de la iglesia representada al fondo.
El Ángelus de Millet, 1857-1859 |
Dalí interpretó el cuadro
partiendo de su método paranoico-crítico, una de sus principales contribuciones
al Surrealismo. Éste consistió en un “método espontáneo de conocimiento
irracional basado en la objetivación crítica y sistemática de las asociaciones
e interpretaciones de los fenómenos delirantes.”
Dicho movimiento de vanguardia abogó por
la libre asociación de motivos visuales y lingüísticos propugnados por André
Breton en el Primer Manifiesto
Surrealista.
Dalí defendió la paranoia como fuente de
creatividad, no considerándola como un trastorno psíquico, sino como un método
de alucinación para desenmascarar nuevos significados en elementos ya
existentes. El surrealista dejó por escrito que este cuadro le hizo
experimentar personalmente fenómenos delirantes y efectos obsesivos, llegando a
causarle sensaciones de angustia y desasosiego. Se obstinó en descubrir aquello
que escondía lo que, en apariencia, constituía una sencilla y tranquila
plegaria crepuscular.
El artista llegó a
solicitar al laboratorio del Museo del Louvre una radiografía del cuadro. A
partir de la misma, dijo reconocer en la parte inferior del lienzo, a los pies
de la mujer, una masa oscura con forma de paralelepípedo que, según su teoría,
correspondería al ataúd de un niño ante el cual rezaría la pareja campesina.
Millet, aconsejado por un amigo, habría suprimido este motivo de la obra.
Figura femenina como mantis religiosa |
Dalí consideró a Millet un
pintor de tendencias eróticas, que abordó la temática sexual de manera eventual,
siendo ese tipo de obras solamente conocidas por su círculo más íntimo.
Su tesis defendió que El Ángelus emana un latente contenido erótico,
conclusión que alcanzó mediante el método de la asociación interpretativa. De
este modo, el hombre del lienzo trataría de ocultar una erección tapándose con
el sombrero, mostrando así una “actitud
vergonzosa ante la virilidad”, recogiendo palabras del propio Dalí.
Por otro lado, el artista calificó de
expectante y espectral la actitud de la mujer, asimilando su disposición con el
carácter de la mantis religiosa. La conducta de esta figura femenina, sumida en
una especie de meditación, parece estar a la espera de devorar al macho después
de consumar el acto sexual.
Dalí complementó su teoría con unas
palabras de claras connotaciones surrealistas:
¡El
Ángelus de Millet, hermoso, como el encuentro fortuito, en una mesa de
disección, de una máquina de coser y un paraguas!
La
explicación a esta definición tan daliniana sería la siguiente:
- El
ambiente escenográfico del cuadro, solitario, crepuscular y en medio de la
tierra labrada, correspondería a la mesa de disección.
- El
paraguas, por sus connotaciones fálicas, se identificaría con la figura
masculina.
- La
máquina de coser, equivaldría a la figura de la mujer, pues su aguja perfora al
igual que la mantis religiosa devora al macho tras el coito.
Atavismo del crepúsculo, 1933-1934 |
En conclusión, la pareja
campesina del lienzo se encuentra en un momento de espera previo a la agresión
sexual. La
situación del hombre está destinada a ser aquella que sufre el macho de la
mantis religiosa. Para Dalí este insecto ilustra a la perfección el mito
trágico de El Ángelus de Millet. Amor
y Muerte. Eros y Tánatos.
Artículo publicado para Crac! Magazine Notas
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