viernes, 20 de febrero de 2015

MIGUEL WATIO Y LA SUBVERSIÓN DEL ICONO ARTÍSTICO

        El artista de formación autodidacta Miguel Watio presenta en su serie "Clásicos Populares" un conjunto de obras que recogen su particular reinterpretación de la Historia del Arte. Sus referentes se localizan en maestros del Renacimiento (Botticelli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel), en la pintura clásica española (El Greco, Velázquez, Zurbarán, Goya) y en la obra de artistas fundamentales de las vanguardias históricas (Matisse, Picasso, Magritte, Dalí, Mondrian). 
Sevillano de nacimiento y asturiano de adopción, Miguel reside desde el año 2004 en Gijón, ciudad a la que dedica un guiño de base daliniana a través del lienzo titulado Muchacha frente al mar. En él, la ventana a la que se asoma la mujer pintada por Dalí es sustituida por la característica barandilla y farola de la playa de San Lorenzo. 

Muchacha frente al mar

        Las referencias histórico-artísticas de Clásicos Populares son filtradas a través de una estética deudora del Pop Art. El término Pop, que alude a lo popular, fue puesto en circulación por el crítico Lawrence Alloway hacia el año 1955, un momento en el que la estabilización política y económica conseguida en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial revalorizó los objetos triviales del mundo del consumo. 
La versión española de este movimiento, posterior cronológicamente a las creaciones anglo-americanas, difería de éstas principalmente por su gestación en un contexto totalmente antagónico, pues tuvo su desarrollo al abrigo de los años de decadencia de una dictadura contrastando con la sociedad del American Way of Life. 
Miguel Watio se nutrirá de ambos, de la versión norteamericana con Warhol como uno de sus principales representantes, y de la versión española protagonizada por Equipo Crónica.

El rastro de Andy Warhol se localiza sin pérdida en el lienzo Fabada, la versión astur de la Sopa Campbell. Warhol elevó artísticamente los productos de consumo y los trasladó de los supermercados a las galerías. Las bebidas Pepsi y Coca-Cola, el detergente Brillo, el ketchup Heinz… fueron objeto de esta descontextualización y conversión en auténticos iconos de la cultura contemporánea. Ahora, Miguel Watio otorga protagonismo a la lata de fabada, la dignifica otorgándole plena presencia en el lienzo y la convierte en auténtico símbolo de la cultura popular asturiana. 

Fabada

Por otro lado, la huella del Pop Art en su versión nacional se deja sentir en lienzos que remiten a los realizados por Rafael Solbes y Manolo Valdés cuando integraban Equipo Crónica. Estos artistas partieron de iconos de la Historia del Arte español (Velázquez, El Greco, Goya) que combinaron con motivos procedentes de los mass media y del Pop Art internacional, especialmente de Warhol y Lichtenstein, por medio de los cuales realizaron una crítica socio-política de la realidad que les tocó vivir.
Partiendo de esa influencia y contemporaneizándola, en esta exposición se presentan obras de fuerte carga satírica a pesar de mostrar en un primer vistazo una supuesta apariencia humorística y banal. Es el caso de Oh my God, en el que a un San Francisco de Asís zurbaraniano se le aparece un Supermán. Dios es sustituido por un mito del cómic. La fe religiosa es suplantada por la fe en la cultura de masas. Umberto Eco argumenta en su libro Apocalípticos e integrados que la figura de Supermán encarna al hombre “heterodirigido”. En sus propia palabras un hombre heterodirigido es aquel que “vive en una comunidad de alto nivel tecnológico y dentro de una especial estructura social y económica (en este caso, basada en una sociedad de consumo), al cual se sugiere constantemente (a través de la publicidad, las transmisiones de televisión, y las campañas de persuasión que actúan en todos los aspectos de la vida cotidiana) aquello que debe desear y cómo obtenerlo”.

Oh my God

La reversión Pop de Miguel Watio reacciona ante los fenómenos de la despersonalización en la sociedad de masas y nos muestra en Televisión nutritiva al hombre con sombrero hongo de Magritte frente a una pantalla de plasma. Para el artista surrealista dicha figura con sombrero remite al hombre común y corriente, al individuo que está integrado en la masa. Anónimo y despersonalizado, Miguel lo sitúa ante la televisión, uno de los mayores objetos de atracción y embobamiento en el mundo contemporáneo. En esa línea se orienta también Twist and shout, obra en la que la alienada figura de Much parece gritar presa de desesperación ante la música de consumo que la industria trata de hacernos ingerir en aras de lograr la homogeneización del gusto colectivo de la sociedad actual.

Televisión nutritiva


Twist and shout

Los trabajos que nos muestra el artista sevillano pueden estar abiertos a múltiples interpretaciones por parte del espectador. En Exterminio una mano surge de la parte superior del lienzo accionando un spray tóxico sobre la mujer que grita en el Guernica de Picasso. La agresión ataca a una de las obras más representativas de la Historia del Arte, icono la lucha contra el franquismo y, en general, de la lucha contra la sinrazón de la guerra. Este lienzo puede ser analizado en varios sentidos. Una persona preocupada por la ecología verá reflejado el problema de la contaminación ambiental y atmosférica que está acabando con la capa de ozono. Sin embargo, otra persona puede leer la obra en clave de problemática social y asociarla a los sprays con los que rocían a los inmigrantes que tratan de atravesar la valla de Melilla para llegar a España.

Exterminio

Manipula obras cargadas de aura benjaminiana. En La Alegre, reinterpreta a La Gioconda de Leonardo da Vinci. Icono de cultural atemporal, la Mona Lisa es uno de los retratos más famosos y reproducidos por la publicidad y los mass media, además de objeto de múltiples relecturas por parte de artistas como Marcel Duchamp, Enrico Baj, Jan Vos, Andy Warhol, Botero, Basquiat, Banksy o Philippe Halsman. El lienzo de Leonardo que muestra un paisaje de fondo en perspectiva aérea y con el característico sfumato diluyendo los contornos, es sustituido aquí por un interior de azulejos setenteros, añadiéndole de atrezzo un vino español y unas olivas a modo de vermut para esta mujer de sonrisa eterna.

La Alegre

En Cerillero, el Marat de Jacques-Louis David no yace muerto en una bañera sino en una caja de cerillas. Una mujer de aire vulgar que fuma un cigarrillo emerge de una composición neoplasticista en el lienzo Ventana pop. La tosca fémina recuerda, en versión pictórica, a las esculturas hiperrealistas de Duane Hanson teñidas de una fuerte crítica social. En otros provocativos lienzos realiza subversiones como descender al Pensador de Rodin de su pedestal y colocarlo en una taza de wáter o sentar al Inocencio X de Velázquez sobre una moto en sustitución del sillón papal.

Cerillero



Ventana Pop

         Miguel Watio bebe de las fuentes del Por Art para presentarnos en esta serie de Clásicos Populares una revisión de obras maestras. A nivel estético recurre formalmente al empleo de tintas planas y líneas firmes, generando zonas de color bien diferenciadas y, a nivel conceptual, subvierte su significado primigenio. Hace que el espectador se enfrente de manera novedosa, irónica y crítica a obras muy asentadas en el imaginario colectivo y, para ello, descontextualiza iconos de la Historia del Arte generando desconcierto y sorpresa en el público.


Texto publicado para el catálogo digital de la exposición "Clásicos Populares" de Miguel Watio en Galería Cornión.

http://issuu.com/cornion/docs/cat__logo_miguel_watio


Más información sobre la exposición:

http://www.lne.es/gijon/2014/06/13/watio-sonrie-maestros/1599820.html


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